Fat Barbies restaurante, el dominio del fuego en Barcelona
Hace poco más de un año que el restaurante Fat Barbies abrió sus puertas en la barcelonesa calle Bailén para disfrute de los amantes del ahumado. Te recibe en la entrada una buena montaña de leños y un delicioso aroma a barbacoa, claro indicio de lo que nos espera. Y es que todo gira entorno a un elemento, el fuego, ya sea en forma de su cocina a las brasas, o en su proceso de ahumado de las carnes.
Los productos que utilizan son todos de productores locales y ecológicos, desde las carnes, hasta la madera de olivo que utilizan para alimentar las llamas de su cocina.
Su filosofía, el slow food, con el proceso de ahumado durante horas y horas, cocciones largas y sin prisas que hace que las carnes se deshagan en la boca y el hecho en casa, ya que de su cocina salen todos los ingredientes que encuentras en los platos. Desde su salsa barbacoa (ahumada por supuesto), sus encurtidos, las salmueras, hasta sus propios marshmallows (nubes hechas con cerveza) para uno de sus postres.
Entre los platos de carne no puedes perderte las costillas, tanto de cerdo como de ternera, son tan tiernas que la carne se separa del hueso dejándolo limpio. El bocadillo de pulled pork, con un sabor increíble por el largo tiempo de ahumado, su pastrami, los bocaditos de cerdo teriyaki y kimchi (por supuesto hecho por ellos), las hamburguesas con pan de brioche…,
No vayáis a pensar que solo de carnes se vive en Fat Barbies, las verduras también tienen un papel importante en sus elaboraciones, como la col picual a la brasa con tomatina picante, las zanahorias con mole…, y otros platos como los Mac & Swiss, una versión gourmet de los clásicos macarrones con queso americanos o la patata horneada con creme fraiche y sobrasada (ahumada).
Todo se puede acompañar con sus cervezas artesanales, su limonada de frambuesa y kombuchas rrealizadas por ellos.
Y llega el momento del postre, probamos el s’more, con sus nubes asadas al momento en la mesa, chocolate venezolano y crujiente de avellana casero, y el espectacular pastel de manzana asada (con fuego por supuesto).
El local sigue en la línea de lo hecho en casa, con el concepto del fuego muy presente y detalles muy cuidados producto de la imaginación de los tres socios que regentan el local. Mesas y bancos de madera, etiquetas «quemadas» por el fuego, madera de olivo apilada….y como anécdota el nombre, un juego de palabras entre el diminutivo de barbacoa en inglés (barbie) y las famosas muñecas.
Y como no es lo mismo leerlo que probarlo, os recomiendo que vayáis a probarlo para sacar vuestras propias conclusiones, la mía es buen lugar, buena comida, buen servicio.
C/Bailén, 83, Barcelona
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